Su compromiso político le llevó a participar en el Salón de las Artes Domésticas de París, donde acondicionó un espacio de 3 por 4 metros, que se correspondía con el tamaño de una vivienda protegida del momento. Así, propuso un mobiliario asequible al alcance de los maltrechos bolsillos de las clases medias golpeadas por la Gran Depresión iniciada en los Estados Unidos en 1929.
Expone en ella un fotomontaje denunciando "la gran miseria de París", donde reivindica entre otras cosas "trabajo para todos".
Este acto supuso su identificación pública con el comunismo.
Quizás su diseño más emblemático sea su Chaise Lounge (a un precio hoy en día no demasiado asequible para todos los bolsillos)
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